AGRIDULCE: LA OPOSICIÓN EN BUSCA DE SU CORCHOLATA.

-AGRIDULCE: LA OPOSICIÓN DEFINE EL MÉTODO DE SELECCIÓN DE SU PRECANDIDATO PRESIDENCIAL.
-MORENA EMULA MALAS PRÁCTICAS DEL PASADO.


AGRIDULCE, EXPRESIONES y MÁS.
Mtro. José A. Ordóñez González.


La cacareada coalición “Va por México”, integrada por el PRI, PAN y PRD, dará a conocer mañana lunes, junto con organizaciones diversas de la sociedad civil, el método de selección de quien será su precandidato a la elección presidencial para 2024.

Se estima que alrededor de las once de la mañana en un conocido hotel localizado frente a la Alameda, los institutos políticos que conforman la alianza, conjuntamente con organizaciones de la sociedad civil, definirán las reglas de selección de los aspirantes a esa precandidatura. Se especula que el método de selección obligará a los interesados presentar el respaldo de al menos 150 mil firmas y a participar en una elección primaria, que se desarrollaría a través de una consulta. No se espera que el acuerdo tenga modificaciones sustanciales.

Después de la estira y afloje, dicho acuerdo fue avalado por las dirigencias del PAN, el PRI y el PRD, así como diversas organizaciones civiles entre las que destacan: “Unidos” que aglutina al Frente Cívico Nacional de Guadalupe Acosta Naranjo; “Sí por México” de Claudio X. González; “Une México” de Juan Francisco Torres Landa; “Poder Ciudadano” de Alejandra Latapí; “Unidos por México” de Marco Antonio Adame y “Sociedad Civil México” de Ana Lucía Medina. Aunque sea tarde, al menos se observa un intento serio de avanzar con un precandidato ciudadano de unidad.

Cabe señalar que, en ese acuerdo de esa gran alianza, se plantea la creación inmediata de un Consejo Ciudadano Organizador, encabezado por personas sin militancia en partido político alguno, de prestigio intachable y la experiencia necesaria para organizar un proceso de consulta transparente, conformado hasta por diez personas: seis provenientes de la sociedad civil y cuatro exdirigentes de los partidos políticos. En ellos quedaría la responsabilidad final de selección del precandidato.

Ya inclusive se filtraron a los medios algunos nombres de quienes podrían conformar ese Consejo Ciudadano, entre los que destacan: Jesús Ortega, ex presidente del PRD, Manlio Fabio Beltrones, ex presidente del PRI, así como el exconsejero presidente del entonces IFE, José Woldenberg, el ministro en retiro de la Corte, José Ramón Cosío y el abogado constitucionalista Diego Valadez, entre otros. Lo cierto es que la oposición ha empezado a organizarse con miras a la presidencial del 2024.

Ese Consejo deberá emitir una convocatoria para que se registren los aspirantes, sean militantes partidistas o ciudadanos. Una vez registrados, deberán presentar más de 150 mil firmas.

La selección de su precandidato se realizaría en tres etapas:

1. Los aspirantes recorrerían el país durante julio y agosto y a finales de septiembre, mediante encuestas, se escogerían los seis perfiles con mayor reconocimiento ciudadano.

2. Esos seis podrían seguir recorriendo el país durante octubre y noviembre para participar en este último mes en una primera consulta primaria abierta a la ciudadanía. Se instalaría cuando menos una mesa receptora en cada distrito electoral federal. De este ejercicio se escogerían a dos de los más votados.

3. Estos dos aspirantes seguirían recorriendo el país en diciembre; y, en enero se realizaría una nueva consulta ciudadana (elección primaria) instalando un mayor número de mesas receptoras. El ganador se convertiría en su precandidato.

Sin duda falta definir quién organizaría estos mecanismos de elección primaria: el INE, los partidos políticos o las propias organizaciones civiles.

El bloque opositor está procurando respetar a toda costa los tiempos marcados por la ley electoral para no incurrir en actos anticipados de campaña como se aprecia sí está ocurriendo en los recorridos de las “corcholatas” de morena.

Porque es evidente que Morena está llevando a cabo actos anticipados de campaña, aunque el partido en el gobierno los disfrace de proceso interno para elegir a un coordinador la defensa de la 4T y así darle la vuelta a la prohibición y a las posibles sanciones que la autoridad electoral pudiera imponerle.

Morena comete claras violaciones a las leyes, con anuncios espectaculares y bardas pintadas en todo el país en una precampaña ilegalmente adelantada por cinco meses, sin que hasta ahora nadie haga algo al respecto. Esta transgresión sistemática y recurrente de la legalidad resulta en una grave alteración de principios tan elementales como la neutralidad de los servidores públicos y la equidad en la contienda electoral, la cual arranca formal y legalmente hasta la primera semana de septiembre de este año. Con todo y eso morena simula con la competencia entre sus corcholatas.

A mis estimados lectores les comento que no es más que un fraude a la ley diseñado arteramente por Morena; se basa únicamente en llamar a las cosas de manera diferente a lo que realmente son. Mario Delgado refiere en tono de burla que no es un proceso interno, cuando todos sabemos que el resultado será la unción de su aspirante preferido para contender por la presidencia de la República. Con esas argucias legaloides ofenden la inteligencia, el juicio y el sentido común de los mexicanos. Hasta donde ha llegado la ambición por el poder y las prácticas antidemocráticas que en el pasado llevaban a cabo los gobiernos prianistas, que tanto criticaron los de la izquierda, pero que ahora acogen y perfeccionan.

Lo AGRIDULCE se desprende de las formas como ahora el partido en el poder emula los vicios y malas prácticas que en el pasado ejecutaron sus opositores, con todo y que insisten los de morena y el gobierno de la 4T que son diferentes. La neta del planeta no se respeta la Constitución y las leyes electorales, así ni como convencernos de su inmaculado proceder.

Al final, los mexicanos nos percatamos que todos son iguales de incongruentes, falsos e hipócritas. Hablo de los políticos, donde no encontramos uno bueno o diferente. Por desgracia en las elecciones, los ciudadanos tenemos que decantarnos por “el menos pior (peor)”. No queda de otra. ¡HE DICHO¡

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