El 35 por ciento de latinoamericanos piensa que efectos del cambio climático no son graves
El 35 por ciento de los latinoamericanos piensa que los efectos del cambio climático no son graves, revela un estudio publicado en la revista científica Nature Communications, realizado por la Fundación Getúlio Vargas (FGV) de Brasil y la Universidad de Vanderbilt de Estados Unidos.
Si bien más del 90 por ciento de los entrevistados están de acuerdo en la existencia del cambio climático y de que los humanos son el causante, hay una “polarización” en la opinión pública sobre la gravedad de sus consecuencias, según dijeron los autores del estudio.
El documento ‘Creencias sobre el cambio climático y sus correlatos en América Latina’ se basa en encuestas a más de 5 mil personas en los siete países responsables del 80 por ciento de las emisiones de CO2 en América Latina, entre los que se encuentran Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú.
La principal causa para dudar de la gravedad de la crisis climática es “el individualismo de los ciudadanos”, que lleva aparejado una “desconfianza hacia soluciones colectivas para problemas sociales”, según aseguran los profesores Matias Spektor, Guilherme Fasolin y Juliana Camargo.
El resultado de sus pesquisas mostró que tanto ciudadanos de derecha como de izquierda son susceptibles al negacionismo climático.
“A diferencia de Estados Unidos y Europa, donde los individuos de derechas tienden a no creer y los de izquierdas a hacerlo, en América Latina este factor no afecta”, explicó Spektor, profesor en la FGV.
Del mismo modo, en América Latina “tampoco tiene efecto sobre esta creencia el nivel de renta o educación”.
Esto demuestra que también ambos flancos del espectro político “pueden apoyar políticas proclima”, según los responsables del análisis.
La sensibilización a los impactos del cambio climático debe pasar por el reconocimiento de que “estas personas desconfían de la intervención del estado en la sociedad”, aseguran los autores del estudio.
Por esto mismo, sugieren “dar voz a fuentes de información proclima que posean autoridad moral” para ellos, tales como empresarios, aricultores y representantes del mercado financiero.